Nueva terapia en China

Analizamos en detalle el último avance del que todos hablan, una nueva terapia celular desarrollada en China que ha permitido a una mujer de 25 años vivir un año sin dependencia a la insulina.

Seguro que en los últimos días, has oído y leído mucho sobre esta noticia de la que se han hecho eco todos los medios de comunicación. Cabe decir que algunos con mayor o menor acierto. Muchísimas personas con diabetes tipo 1 poníamos todas nuestras esperanzas, en una nueva terapia celular que ha permitido que una paciente de 25 años con esta patología haya vivido sin dependencia a la insulina durante un año. 

En concreto, la noticia hacía referencia a un artículo publicado recientemente por investigadores de distintas universidades y hospitales de China,  en la revista especializada Cell. Desde la Fundación DiabetesCERO, hemos seguido muy de cerca este artículo estos días y ahora, lejos del revuelo mediático y la euforia inicial, analizamos con lupa en qué consiste y qué significará este avance para todas las personas con diabetes tipo 1. Allá vamos. 

¿En qué ha consistido el estudio?

Este novedoso ensayo clínico se encuentra en fase 1 y  muestra los resultados clínicos preliminares durante un año, de una paciente con diabetes tipo 1. A la paciente, se le administró con éxito una terapia celular basada en el trasplante autólogo de islotes pancreáticos derivados de células madre de la propia paciente, inducidas químicamente.

¿En qué consiste la terapia?

Los investigadores, obtuvieron células adiposas de la paciente que fueron tratadas en el laboratorio con un cóctel de productos químicos, probado anteriormente por el mismo grupo de investigadores. Estas células, fueron reprogramadas en el laboratorio hasta células madre pluripotentes que a su vez, recibieron un tratamiento para re-diferenciarlas y convertirlas en células productoras de insulina (células beta y estructuras parecidas a islotes).

Estas células se expandieron en el laboratorio para poder utilizar el número apropiado en el estudio clínico. Durante este proceso también se caracterizaron varios parámetros para garantizar su origen, viabilidad y seguridad. Luego, se conservaron congeladas hasta el momento de usarlas en la paciente. En este momento se descongelaron, se cultivaron en el laboratorio unos días y se volvieron a caracterizar. Después, inyectaron la cantidad de células precisas en el abdomen de la paciente a nivel intramuscular.

La paciente ya había sido sometida a varios trasplantes hepáticos y a uno fallido de páncreas 

¿Quién es la paciente?

La paciente que se ha sometido a este ensayo clínico, pese a su juventud, tiene un largo historial de problemas asociados a su enfermedad. Se trata de una mujer de 25 años con diabetes tipo 1 desde los 14 años. Anteriormente ya había sufrido dos trasplantes hepáticos y un trasplante total de páncreas que le fue retirado al cabo de un año. Y ya se encontraba bajo tratamiento con inmunosupresores antes de incorporarse al ensayo clínico. Además, el tratamiento con insulina no era suficiente para conseguir mantener su control glucémico.

Este tratamiento immunosupresor se continuó durante el estudio clínico y recibió un tratamiento paralelo adicional durante cerca de 10 días, para evitar un posible rechazo inmunológico de los islotes trasplantados.

¿Cuáles han sido los resultados más relevantes del ensayo?

  • Se observó independencia sostenida de la insulina: la paciente logró esta completa independencia a los 75 días posteriores al trasplante, manteniendo niveles estables de azúcar en sangre sin inyecciones adicionales de insulina durante este año .
  • Control de la glucemia: el tiempo en el rango glucémico objetivo del paciente mejoró drásticamente, del 43 % antes del tratamiento a más del 96 % al cuarto mes.
  • Hemoglobina glucosilada: la hemoglobina glucosilada (HbA1c), un marcador del control de la glucosa a largo plazo, descendió a niveles no diabéticos (alrededor del 5 %), lo que sugiere una regulación eficaz de la glucosa.
  • Reducción de la insulina exógena: la paciente ya no requirió más inyecciones externas de insulina.
  • Seguridad: después de 1 año no se observaron complicaciones relacionadas con el trasplante, ni aumento de marcadores tumorales.
  • Estabilidad a largo plazo: Los islotes trasplantados mostraron una funcionalidad continua, con un control glucémico estable 1 año después del trasplante. Además se pudieron monitorizar por resonancia magnética demostrando una continua integridad durante este año.
  • Mejor calidad de vida de la paciente: La paciente experimentó una mejora significativa en la vida diaria, sin oscilaciones en los niveles de azúcar en sangre.
  • Otros 2 pacientes también tratados con la misma terapia muestran signos positivos, aunque todavía no han llegado al año de seguimiento y no disponemos de  datos aún.

¿Qué hace a este ensayo clínico diferente de otros estudios?

Hasta la fecha hay ya varios estudios clínicos en marcha donde se utilizan células iPS, pero en el estudio actual existen algunas diferencias importantes respecto a los anteriores:

  • Control mucho más preciso del proceso y consecuentemente menos riesgos. Se han utilizado células iPS inducidas por moléculas químicas. No se han utilizado factores de crecimiento, ni interleucinas. Tampoco se han modificado genéticamente introduciendo factores de transcripción ni otros genes. 
  • Se reduce el riesgo de rechazo inmunológico al tratarse de células de la propia paciente y problemas logísticos relacionados con la obtención de islotes de donantes.
  • Los islotes pancreáticos obtenidos se han implantado en el tejido muscular subcutáneo del abdomen, en vez de en el hígado como se venía haciendo. Una zona de fácil acceso y de fácil monitorización mediante RMN y ecografía, que además acorta el tiempo de la intervención quirúrgica.

¿Podemos afirmar que estamos ante una cura definitiva?

Aún es muy pronto para afirmar que los resultados de este ensayo clínico puedan traducirse en una cura definitiva para todas las personas con diabetes tipo 1, aunque sin duda, supone un avance significativo

  • En primer lugar,  porque se trata de un sólo caso, de un ensayo clínico que aún no se ha probado en fase 2 y 3. Se requerirá un seguimiento de al menos 5 años y con un número de pacientes adecuados. Por lo que a día de hoy, los resultados aún no son extrapolables a otros pacientes.
  • Esta terapia requiere el uso de inmunosupresores, con los consiguientes riesgos para la salud de los pacientes. Esto lo convierte en una alternativa únicamente válida para personas con un descontrol glucémico severo, que no han conseguido niveles de glucosa aceptables con inyecciones de insulina. Y se podría perfilar en un futuro como una alternativa al trasplante de páncreas.

Siempre oímos hablar de avances, pero ¿llegará algún día a España? 

Este estudio clínico representa un indudable avance científico en el tratamiento de la diabetes tipo 1, pero es importante comprender la complejidad del proceso de aprobación de terapias.

Para calibrar bien el impacto en la potencial aplicación de esta terapia en los pacientes actuales debemos considerar que, como en todos los estudios clínicos con nuevas terapias, las autoridades regulatorias (FDA en Estados Unidos, EMA en Europa) analizan los resultados de esos tratamientos y aprueban su uso sólo si superan las 3 fases clínicas. Así, se garantiza su seguridad y eficacia.

Para convertirla en realidad, requiere de la obtención de resultados similares en muchos más pacientes durante los años de ejecución de estas fases clínicas. Habitualmente, el número de pacientes implicados en los estudios clínicos incrementa desde la fase 1 (10-80), fase 2 (100-300), y hasta la fase 3 (300-3000), aunque esto depende mucho de la indicación terapéutica y del futuro fármaco. Aún queda un largo camino para que el uso de esta terapia innovadora pueda ser aprobado de forma generalizada.

En DiabetesCERO apoyamos una investigación similar. 

En la Fundación DiabetesCERO apoyamos desde hace años las investigaciones más punteras con el fin de obtener una cura para los pacientes de diabetes tipo 1.

Actualmente, uno de nuestros grupos investigadores financiados está trabajando en el desarrollo de una terapia celular con características parecidas a las publicadas en este estudio clínico.

La Dra. Rosa Gasa del IDIBAPS en Barcelona dedica su proyecto de investigación a la generación de células productoras de insulina a partir de células de la piel. Su grupo propone la conversión de células de la piel del propio paciente en células beta sustitutas mediante un proceso denominado “reprogramación directa”. Estas células también se trasplantarían al paciente para lograr la producción de insulina.

Puedes leer el artículo original aquí:

Transplantation of chemically induced pluripotent stem-cell-derived islets under abdominal anterior rectus sheath in a type 1 diabetes patient Shusen Wang, et al

https://doi.org/10.1016/j.cell.2024.09.004

Imagen: Lennart Nilsson, Boehringer Ingelheim International GmbH, TT/Science Photo Library

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