Una vacuna contra la diabetes de la Universidad de Suecia muestra resultados prometedores en los primeros ensayos.
El Dr. Jesús Blanco analiza los resultados publicados por la Universidad de Linköping (Suecia) sobre los primeros ensayos de una vacuna contra la Diabetes tipo 1.
Después de unos meses en los que la Covid-19 nos ha tenido bastante fuera de juego, volvemos a reactivar nuestra sección sobre comentarios de noticias aparecidas en medios de comunicación sobre investigación en diabetes tipo 1.
En este caso, algunos medios digitales se han hecho eco de un artículo recientemente publicado en una de nuestras revistas de referencias, Diabetes Care. En el mismo se comparten los resultados de un estudio fase IIb. Para poder interpretar los resultados, lo primero que debemos recordar es que se trata de un estudio que no busca confirmar la eficacia (estos serían los de fase III), pero que se aproxima mucho a su diseño y busca de hecho poner las primeras bases y ayudar al diseño definitivo de estos últimos.
¿Y cuál ha sido el tratamiento ensayado?
En este caso comparaban contra placebo, en un diseño en los que ni el paciente ni el investigador clínico conocía si se trataba de una cosa u otra (lo llamamos doble ciego). Más la administración de 3 dosis por vía intraganglionar (en la ingle) de GAD65 además de suplementación de vitamina D en aquellas personas con niveles inferiores a 40 ng/ml en el análisis inicial. Los resultados sobre el papel de vitamina D también los hemos comentado en otras ocasiones y este mismo estudio no apuntan a ser fundamentales. Por esta razón nos centraremos en el otro componente: el GAD65.
¿Y eso que es? Pues se trata de uno de los componentes estructurales de la célula beta contra los que el sistema inmune genera una respuesta inflamatoria. Los glóbulos blancos no reconocen la globalidad de la célula, si no componentes específicos de la misma (lo llamamos antígenos o epítopos).
En la diabetes hay una diversidad de epítopos y no todos los pacientes presentan respuesta a los mismos. Por otra parte, si el glóbulo blanco que genera la respuesta es un linfocito B, lo más usual es que este forme anticuerpos contra ese componente. En diabetes, los principales anticuerpos que detectamos reconocen fragmentos de proteínas denominadas GAD65, IA2, ZnT8 y como no, de la propia insulina.
¿Pero el tratamiento funciona o no? Bueno, la mala noticia es que aún es pronto para saberlo. Eso sí, el estudio, en el que han participado compañeras de hospitales de Andalucía, País Vasco, Madrid y Cataluña, nos acerca a un futuro cada vez más tangible: no todas las diabetes tipo 1 son iguales.
Endotipos de la Diabetes.
Últimamente ha tomado fuerza el concepto de “endotipo”. En otras palabras, diferentes subtipos de diabetes tipo 1. El estudio se diseñó inicialmente para testar preliminarmente la eficacia en cualquier paciente con diabetes tipo 1 entre 12 y 25 años, con menos de 6 meses de evolución desde el diagnóstico, presencia de anticuerpos anti-GAD65 y cierta preservación de la capacidad de secreción de insulina. Sin embargo, poco después de su inicio se empezó a conocer que este tipo de enfoques podría ser más eficaz para algunos endotipos concretos, en este caso para las personas con una genética que denominamos HLA-DR3-DQ2 (casi el 50% de los que tienen anticuerpos anti-GAD65).
Por eso, los responsables del estudio pidieron autorización para incluir un subgrupo de análisis (algo que en principio debe hacerse siempre antes de comenzar el estudio). Querían saber si este endotipo podría tener un comportamiento diferente. Y efectivamente, los resultados apuntan (aunque aún no lo pueden confirmar definitivamente) que este subgrupo podría ser el que más se beneficia de este tipo de tratamiento.
Si en el grupo global no podemos evidenciar una mejoría en la preservación de la secreción de insulina, en el subgrupo HLA-DR3-DQ2 parece que sí. Por tanto, parece lógico poder diseñar estudios fase III que nos terminen de confirmar si este prometedor avance es realmente eficaz en una proporción importante de los pacientes con diabetes.
¿Y para el resto? Quizás lo que podamos plantear en ellos es usar otros antígenos diferentes al GAD65. Este estudio abre nuevas vías de investigación que es siempre lo más interesante de la ciencia.