¿Sabías que las células del cordón umbilical abren la puerta a nuevas terapias para la diabetes tipo 1? Hablamos sobre investigaciones prometedoras con células madre de cordón umbilical.
Tras el gran interés que despertó nuestro artículo anterior sobre las ventajas e inconvenientes de conservar el cordón umbilical de tu bebé, hoy queremos dar un paso más. Esta vez nos centramos en una pregunta clave: ¿qué está haciendo realmente la ciencia con esas células y cuál es su papel en la búsqueda de una cura para la diabetes tipo 1?
La diabetes tipo 1, por su naturaleza autoinmune, es uno de los retos más complejos de la medicina moderna. En la actualidad, las células del cordón umbilical aparecen como una alternativa prometedora para revolucionar su tratamiento. Este material biológico, que antes se desechaba tras el parto, contiene células madre con un gran potencial regenerativo e inmunomodulador, y la ciencia ya las investiga a fondo para la diabetes tipo 1.
Cuando todo empezó: el cordón umbilical en la investigación de la diabetes tipo 1
El cordón umbilical se utiliza desde hace más de 35 años, concretamente cuando en 1988 tuvo lugar el primer transplante exitoso de sangre de cordón umbilical con el que se trató la anemia de Fanconi. Desde entonces, se han realizado más de 40.000 trasplantes de sangre de cordón en diferentes aplicaciones médicas.
Estas investigaciones despertaron el interés por las células del cordón umbilical en diabetes tipo 1. En estudios preclínicos, los trasplantes en ratones NOD (diabéticos no obesos) lograron revertir la diabetes en un porcentaje de casos. Otros resultados mostraron que estas células pueden estimular la regeneración de las células beta y la generación de células Tregs con capacidades regenerativas.
Varios estudios preclínicos confirmaron estos hallazgos y abrieron la puerta a los ensayos clínicos. Cierto es que los primeros no demostraron eficacia terapéutica, pero sí confirmaron que la infusión de células de cordón umbilical era segura para los pacientes. Gracias a ello, más grupos de investigación y empresas biotecnológicas siguen desarrollando y perfeccionando esta tecnología.
¿Pueden las células del cordón umbilical ayudar a preservar la insulina?
El primer estudio clínico con resultados positivos en 2013 usó células madres del cordón umbilical de donante en 29 pacientes con diabetes tipo 1 con diagnóstico reciente. Estos resultados indican que el grupo tratado redujo de forma significativa la dosis diaria de insulina (el 20% logró independencia de insulina exógena). También redujo la HbA1c y aumentaron los niveles de péptido C en comparación al grupo control. Todo ello sin efectos adversos notables.
La empresa sueca NextCell Pharma desarrolla una tecnología propia para identificar entre las células de cordón umbilical, las que presentan una función inmunomoduladora óptima para usarlas en terapia. En un primer estudio clínico de fase I/II adeministraron estas células de cordón seleccionadas a pacientes con diabetes tipo 1 de reciente debut. El ensayo permitió observar una preservación significativa de la producción de insulina y un retraso en la progresión de la enfermedad de 5 años, todo ello con un excelente perfil de seguridad. Actualmente, la empresa tiene en marcha un ensayo clínico de fase 2 llamado ProTrans con 30 pacientes. Esta empresa espera poder informar sobre los resultados del estudio a finales del 2026. Recientemente de este estudio han surgido los primeros análisis intermedios que han mostrado una tendencia positiva en la preservación de la producción de insulina.
Reeducar el sistema inmune: el gran potencial del cordón umbilical
En paralelo, varios estudios muestran un hallazgo clave: la sangre del cordón umbilical de donantes sanos contiene una subpoblación de células madre capaz de «reeducar» el sistema inmunitario. Esta técnica, llamada terapia educadora de células madre (Stem Cell Educator), ya avanza en estudios clínicos con pacientes. La empresa americana Throne Biotechnologies desarrolla esta metodología compleja, que combina varios pasos. Primero extraen la sangre del paciente y aíslan los linfocitos (celúlas inmunitarias). Después, estos linfocitos, los ponen en contacto con células madre de cordón umbilical de donantes sanos durante 2-3 horas. Finalmente, reinfunden esos linfocitos reeducados en el paciente. Esta empresa ha realizado ensayos clínicos multicéntricos en Estados Unidos, China y España que confirman su seguridad y eficacia. Muchos participantes mejoran sus marcadores inmunitarios y muestran una reversión duradera de la autoinmunidad. Algunos incluso recuperan la función de sus células beta y logran reducir o suspender la insulina.
Terpias dt1 con cordón umbilical: Retrasar la aparición de la diabetes tipo 1 ya es posible
También es interesante nombrar el estudio CORD (Cord blood Reinfusion in Diabetes) que avanza en Australia. Este estudio es el primer proyecto mundial que analiza si la infusión de sangre de cordón umbilical autóloga puede prevenir o retrasar la diabetes tipo 1 en niños con alto riesgo. Se estima reclutar 600 niños de 1-14 años con familiares con diabetes tipo 1 que tengan almacenada su propia sangre de cordón y realizar un seguimiento prolongado durante varios años.
Los resultados del proyecto CORD aportarán datos clave para saber si realmente posible aplicación directa de las células de cordón umbilical autólogo. Es decir, utilizar la sangre del cordón umbilical en el propio individuo varios años después. También ayudará a responder algunas de las incógnitas más planteadas ¿es conveniente conservar la sangre del cordón umbilical de nuestros hijos en previsión de su uso terapéutico en un futuro?. Y abrirán la puerta a otra posible aplicación: usar estas células de forma indirecta. Esto significa diferenciarlas en laboratorio en células productoras de insulina y luego reimplantarlas al propio paciente. Una estrategia de la que ya hablamos en nuestro blog sobre terapias celulares en diabetes tipo 1 que puedes leer aquí
Conclusión: del nacimiento puede nacer la esperanza
Las investigaciones con células de cordón umbilical en diabetes tipo 1 están avanzando a buen ritmo y ya han demostrado seguridad y resultados prometedores en distintos estudios. Aunque todavía queda camino por recorrer antes de contar con un tratamiento aprobado, lo cierto es que cada vez entendemos mejor cómo podrían ayudar estas células a preservar la función de las células beta, reeducar el sistema inmune o incluso retrasar la aparición de la enfermedad. Todo esto abre una puerta de esperanza y confirma que el cordón umbilical, un recurso que hasta hace poco se desechaba, puede tener un papel importante en el futuro de la diabetes tipo 1.
Si quieres saber más…
Conoce mejor el cordón umbilical
El cordón umbilical humano es una estructura que contiene sangre rica en diferentes tipos de células madre. Cada una de estas células cuentan con propiedades únicas y potencial terapéutico específico. Además de las células de la sangre del cordón umbilical, también se utilizan células de zonas concretas del tejido del propio cordón umbilical, por lo que diferenciamos dos grandes categorías de células madre:
Las Células Madre Hematopoyéticas (CMH) son las más conocidas y utilizadas clínicamente. Estas células tienen la capacidad de diferenciarse en todos los tipos de células sanguíneas. Y lo que las hace especialmente valiosas es su inmadurez inmunológica, permitiendo un mayor grado de compatibilidad con otros tejidos y células comparado con las células de médula ósea adulta. En el contexto de la diabetes tipo 1, las CMH son importantes porque pueden generar células T reguladoras (Tregs), que son fundamentales para modular la respuesta autoinmune que caracteriza esta enfermedad. Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen un número y función anormales de células Tregs, y las del cordón umbilical poseen una capacidad reguladora muy fuerte.
Otro tipo, las Células Madre Mesenquimales (CMM) del cordón umbilical representan una alternativa igualmente interesante. Estas tienen ventajas significativas sobre las CMM de otros tejidos. Sabemos que, comparadas con ellas, presentan mayor capacidad proliferativa, diferenciación pancreática, baja inmunogenicidad, propiedades antiinflamatorias y facilidad de obtención.
Así actúan las células del cordón umbilical en la diabetes tipo 1
Investigaciones recientes indican que estas células podrían funcionar a través de varios mecanismos directos e indirectos. Algunos estudios han demostrado que tras administrarse a ratones con diabetes tipo 1, las células del cordón umbilical pueden detectarse en el páncreas, sugiriendo que estas células migran específicamente hacia los órganos dañados.
Otros estudios indican que un gran porcentaje de su posible efecto terapéutico es debido a que segregan una amplia gama de factores bioactivos como el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) y otros factores de crecimiento y citocinas e interleucinas antinflamatorias como IL-10 o TGF-β.
Además, las células del cordón umbilical ejercen potentes efectos inmunomoduladores que son cruciales para un posible tratamiento de la diabetes tipo 1. Podrían modificar algunas células del sistema inmune, como los macrófagos, transformándolos de proinflamatorios a antinflamatorios. También podrían afectar a las células T de distintos modos: aumentando la proporción de Tregs, reduciendo las células T efectoras (las que atacan a las células beta productoras de insulina), y promoviendo la tolerancia inmunológica.
Finalmente, algunos investigadores describen que, en determinadas circunstancias, las células del cordón umbilical podrían diferenciarse hacia células productoras de insulina, aunque se requieren más estudios para confirmar estos resultados.
En cada nacimiento hay una chispa de futuro, y el cordón umbilical nos recuerda que incluso aquello que antes se desechaba puede convertirse en vida y esperanza. La ciencia avanza con pasos firmes y, aunque todavía no tenemos una cura definitiva para la diabetes tipo 1, las células del cordón umbilical nos muestran un horizonte lleno de posibilidades: preservar la función de las células beta, reeducar el sistema inmune e incluso retrasar el inicio de la enfermedad. Cada descubrimiento nos acerca un poco más a un mañana en el que hablar de la diabetes tipo 1 no sea sinónimo de limitación, sino de superación. Quizás, en el acto más natural y lleno de amor —el nacimiento de un hijo—, estemos guardando también una llave para transformar el futuro de la medicina.


